Día de Muertos en México
Cómo les estuve contando, me escapé con mi mamá a la Ciudad de México para vivir un sueño, un chek en mi lista de cosas por hacer, vivir el Día de muertos cómo tradicionalmente lo vive Mexico.
Desde meses antes busqué los mejores lugares para vivir esta experiencia de la manera más cercana. Después de indagar y preguntar a los que saben, me Recomendaron dos lugares especiales La isla De Janitzio en el lago Pátzcuaro y Mixquic uno de los “pueblos mágicos” más cercanos a la Ciudad de México. Nos decidimos por Mixquic por su cercanía y acceso pero espero algún día volver para visitar la Isla.
Desde la llegada a este pueblo hermoso el olor del copal volviéndose humo se sentía en el aire, el ambiente festivo se vivía en todos los rincones. Las ofrendas llenas de color, el famoso pan de muerto, los dulces de calavera, las artesanías e infinidad de cosas abarrotaban los puestos de los pobladores de Mixquic que se preparaban para recibir a miles de personas de adentro y fuera del país. Una experiencia sencillamente increíble y asombrosa.
Si ese es su plan para él próximo año, les recomiendo que visiten durante el día los alrededores del pueblo y luego si quieren vivir de cerca la alumbrada del panteón se acerquen antes del anochecer, ya que la cantidad de personas aumenta al llegar la noche, deben ir preparados y con paciencia para caminar entre muchísima gente y si deciden ingresar al panteón les recomiendo por mi experiencia, que lo admiren desde las tarimas preparadas sobre sus muros, las filas son menores además de que como extranjeros y visitantes creo que debemos respeto a los practicantes de esta creencia tan espiritual y especial, quienes están recibiendo a sus seres amados, han decorado sus tumbas con el amor y la dedicación más pura y les espera una noche larga y en vigilia al lado de sus familias.
Es un momento sagrado y único, vivirlo de cerca es indescriptible, pero no dejemos de lado la importancia que tiene para sus habitantes, sus esposas, hijos, padres, abuelos, hermanos, descansan en esas tumbas cargadas de velas y flores, no es solamente un acto comercial ni de película, ni una exposición artística, es un acto solemne y lleno de amor, que celebra la vida después de la muerte, admirémoslo, vivámoslo pero sobre todo respetémoslo.
Espero volver algún día y vivir de nuevo este día mágico, gracias a Mexico por recibirnos y darnos tan especial trato y acogida.